lunes, 22 de agosto de 2011

¿Templo o pagoda?

Cuando uno entra en Vietnam, y se deja atrás Tailandia, las diferencias se acentúan, se dilatan y se respiran. Son países con historias diferentes, lo que conlleva un bagaje político, cultural y arquitectónico distinto. Además, las mayorías y minorías étnicas también divergen. En Tailandia, por ejemplo, la etnia mayoritaria es la Thai, mientras que en Vietnam es la Kinh; no en vano Viet-nam significa "la gente Kinh que vive al sur de la China". Ahora bien, si una cosa tienen en común ambos países es que la mayoría de la población es budista.
El budismo, procedente de la India, se extendió rápidamente por los países del sudeste asiático, pero se arraigó con diferencias. La doctrina budista que prevalece en Tailandia es la escuela Theravada, considerada mucho más ortodoxa. En cambio, la corriente doctrinal que predomina especialmente en el norte del Vietnam es la del budismo Mahayana, mucho más difundido en países como China, Japón y Corea. Aunque las diferencias entre ambas ramas son notorias, ambas doctrinas conviven en Vietnam, pues en el sur del país el budismo Theravada es mayoritario.
Lo primero, pues, que te llama poderosamente la atención al cruzar la frontera del Vietnam es la variedad de edificios religiosos que adornan las ciudades y los pueblos del país. Edificios (pagodas o templos) que no se parecen mínimamente a los grandes templos budistas de Bangkok que habíamos vistado tan sólo un día antes. A simple vista es fácil deducir que la religión y la expresión de la misma en Tailandia es mucho más armónica, quizás pura. En Vietnam, en cambio, como casi todo, la religiosidad es caótica y sincrética.
Debido a su localización geográfica, Vietnam sufrió varias invasiones y algunas tuvieron como consecuencia siglos de sometimiento. En especial la ocupación china, que data del 111 a.C. y perduró por un milenio, ha dejado muchas huellas desde un punto de vista cultural, espiritual y religioso. Sin dejar de luchar contra la dominación extranjera, los vietnamitas, artistas en el arte de la fusión, seleccionaron y asimilaron aquellos aspectos de la civilización china que más acordes estaban con su modus vivendi o sus costumbres. Esta actitud la han mantenido con otros pueblos invasores a lo largo de su historia, y de ellos han aprendido nuevas cosas (como la receta del pan que proviene de Francia). Así pues, fue a través de la China por dónde entraron otras religiones y filosofías de importancia capital para la espiritualidad vietnamita: léase el confucianismo, el taoísmo o el mismo budismo.
Las pagodas y templos vietnamitas diseminados por todo el país reflejan esta diversidad espiritual y religiosa. En Vietnam la práctica religiosa es extremadamente ecléctica por lo que puede darse el caso de que en un mismo templo o pagoda se mezclen imágenes de Buda con demonios y dioses Taoístas o con una estatua de Confucio. Una de las carácterísticas principales de la religión en Vietnam es que habitualmente se le reza a personas reales de la historia de la comunidad, ya sean monjes o maestros Zen, antepasados o el mismísimo Ho chi minh. Estos personajes venerados tras su muerte se encuentran (con excepciones) en los templos. Las pagodas, en cambio, son los edificios religiosos en los que se reza y se realizan los cultos relativos al budismo o al Taoísmo. Pero como ya he dicho, en su afán de fusionar, a menudo estas reglas se rompen.
Capítulo aparte merece el culto a los antepasados, que los vietnamitas defienden como la costumbre más ancestral que aún mantienen, anterior incluso a la entrada del budismo en el país. En cada casa se dispone un altar para poderles rendir culto mediante ofrendas de alimentos e incienso. Asimismo, los familiares de los difuntos queman dinero para ofrendas (obviamente no tiene valor real) para que los antepasados dispongan de fondos para sobrevivir en el más allá, pudiendo llevar una llevar una existencia en el otro mundo mejor. El no rezar a los antepasados y no rendirles el culto apropiado conlleva una impiedad filial que condena a los ancestros a una vida infernal en la que vagarán por este mundo infelices.
A nosostros no dejaba de sorprendernos lo kistch de algunas de estas aras familiares, con lucecitas incorporadas que brillaban de manera intermitente cual árbol de Navidad. También disfrutábamos mirando las ofrendas de alimentos, a veces más abundantes, a veces regadas por generosos caldos (mayoritariamente latas de cervezas y chupitos de licor). Yo me preguntaba que harían con esos alimentos, porque no se veía ninguno podrido. Finalmente en uno de los hoteles (que también disponían de su propio altar de difuntos) se aclararon mis dudas. Lo que hacen es disponer los alimentos delante del altar, quemar incienso y dejarlos expuestos durante un par de días. Pasados ese tiempo se retiran y se cambian por otros. Práctico, sí, señor.
A continuación, os dejo con algunas imágenes de templos y pagodas.
 PAGODA NGOC HOA O DEL EMPERADOR DE JADE: Mezcla de budismo y taoismo. Saigón
 ALTAR PARA EL CULTO A LOS ANCESTROS, Saigón.
 PAGODA DEL PILAR ÚNICO, Hanoi.
 PAGODA DEL PERFUME: Complejo de templos estandarte vietnamita del budismo Mahayana.
 TEMPLO DE QUAN CONG: se venera al general chino Quan Cong, un símbolo de integridad, lealtad, sinceridad y justicia. Hoi An.
TEMPLO DE LA LITERATURA: Se venera a Confucio y Zhou Kung, los dos fundadores del confucionismo. Hanoi.

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